No es extraño que aun no conozcas Bulnes con lo bello que es, pero es un pelín difícil de cruzarle en el camino. Este pueblo está literalmente escondido en el corazón de los Picos de Europa. La experiencia para llegar a este lugar sera distinta a cualquier otra que hayas vivido para llegar a un lugar, pues lo harás, nada mas y nada menos que a través de un túnel en un tren de cremallera. Sigue leyendo y descubre, junto a nosotros a Bulnes, pueblo escondido en los Picos de Europa
Para ti seguro que será todo una experiencia, pero para la gente que vive ahí, es lo mas normal del mundo, ya que es único modo de llegar a casa. Claro que antes no existía el «funicular» para llegar hasta allí, en su época se utilizaba un sendero que discurría entre la montaña atravesando el «Canal de Tejo», un camino de montaña que de ida, es en constante subida a lo largo de 4 km pero sumamente bello y entretenido.
LA EXPERIENCIA BULNES EMPIEZA EN PONCEBOS.
Así es, Poncebos es el lugar donde dejaras el coche para emprender el camino a Bulnes, ya sea a pie o en el funicular. El parking no es muy grande y toda la zona es de carretera un poco estrecha por su localización, así es que te recomiendo que si vas a hacer la visita en temporada alta, o un fin de semana soleado y de buen tiempo, vayas temprano, porque de lo contrario te sera dificil aparcar el coche en un buen lugar. Muchos lo dejan sobre la carretera, pero ya sabes que esta no es la mejor opción. Poncebos también es el puto de inicio de «La ruta del Cares» y por ese motivo es que hay poco sitio para todos. Son lugares muy bellos y populares, por eso mejor llegar con tiempo.
Una vez que dejas el coche, tienes que ingresar en la puerta que hay en la montaña, literalmente la taquilla y el funicular están dentro de la montaña. No es un recorrido cualquiera ni con grandes vistas, es todo por el interior del macizo central de los Picos de Europa, puntualmente de la Peña Maín. Al ser este el único medio de acceso «cómodo» al pueblo, te encontrarás con un vagón para humanos y un vagón para «cosas y animales». Imagínate que si vives en Bulnes y tienes que comprar una cocina, no podrás llevarla por el sendero. Por eso mismo es que este tren de cable, tiene un montacargas que es utilizado por los vecinos para llevar y traer sus pertenencias. Inclusive motocicletas, cuadriciclos o pequeñas maquinarias de construcción.
Si quieres ir a pasear a Bulnes, pueblo escondido en los Picos de Europa con tu mascota, también podrás hacerlo ya que podrá subir contigo en el funicular pero deberá ir dentro del transportín.
LLEGAR A BULNES
La concesión del funicular la tiene ALSA, así que si no quieres caminar, y optas por subir en el funicular, puedes comprar el ticket previamente en https://www.alsa.es/ . El precio es de 22.16€ ida y vuelta. (17.61€ ida + 4.65€ vuelta) PERO (siempre hay peros) si compras solo la ida en la taquilla de abajo porque quieres volver caminado por el Canal del Tejo, pero luego te arrepientes porque no tienes ganas de caminar o te pilla la lluvia, y compras el ticket de regreso en la taquilla de arriba, pues tendrás que volver a pagar 17.61€.
Nosotros queríamos volver caminando por el sendero, pero como el día estaba climatologicamente muy inestable, compramos ida y vuelta por si a caso.
PUEBLO ESCONDIDO
Escondido pero no perdido. Bulnes, pueblo escondido en los Picos de Europa y a pesar de su localización, siempre estuvo de una forma u otra conectado con su entorno. Este pueblo en el corazón de los Picos de Europa, es un lugar ideal para tomar contacto por primera vez con el Pico Urriellu, (o también llamado a veces «Naranjo de Bulnes») como lo hice yo. A ver, ya lo había visto desde alguna que otra carretera, pero nunca había estado en ningún mirador dedicado a él, para apreciarlo como desde un palco. Para acceder a ester rinconcito, luego de que te bajas del funicular tira para la izquierda antes de cruzar el puente de Bulnes. Es una pequeña caminata hacia arriba y no tiene perdida. Te encontraras con un panel informativo y de fondo, la majestuosa peña.
En el pueblo encontraras varios alojamientos o albergues, ya que por la zona hay mil y un rutas para hacer, así que si quieres pasar una o varias noches por allí, tienes opciones para elegir. También hay donde comer, ya que hay al menos tres bares de comidas, pero no están abiertos todo el año al mismo tiempo. Nosotros almorzamos en «Bar Bulnes Comidas» y estuve muy bien toda la comida, el precio muy bien también.
HORA DE VOLVER
Como el clima aguantó bastante bien, pensamos que quizás podría aguantar una hora y media mas, que es lo que se demora en bajar de Bulnes caminando. El camino es una preciosura, realmente una belleza. No es extraño que volvamos maravillados desde el Corazón de los Picos de Europa, pero creo que ha sido una de las rutas que mas me ha gustado. Sobretodo, porque el río Tejo nos acompaño durante todo el recorrido, con una incontable cantidad de cascadas y cascaditas de una belleza sin igual. El pueblo es muy coqueto, hay muchas casas que están siendo restauradas, sus callecitas están en muy buen estado… Pero para ser sincera, lo que mas he disfrutado es el regreso caminando entre las montañas ♥
Y ahora, para no perder el foco, los dejo con las fotos que hice en Bulnes, pueblo escondido en los Picos de Europa.
Y como siempre, los dejo con masfotos de este maravilloso pueblin llamado Bulnes, pueblo escondido en los Picos de Europa y también, del Pico Urriellu y el Canal de Tejo.
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Esta zona de Bulnes, Camarmeña, Poncebos y la ruta del Cares es de espectaculo visual constante, y es una de las visitadas en bonito territorio asturiano. Para los que nos enamoran las montañas esto es un lugar idílico.
Hola, Jesus! Gracias por tu comentario. ♥
Toda esa zona no tiene desperdicio ni rincon que no valga la pena descubrir…♥
Pasar un fin de semana en Picos de Europa es un lujo y un privilegio para los sentidos. Suerte tienen Cántabros y Asturianos y Leoneses,yo haría montaña cada fin de semana.
Hola, Mar! Muchas gracias por tu comentario. Si, tanta Naturaleza y que este al alcance de la mano es un lujo la verdad. Nosotros vamos a la montaña cada vez que podemos. Un abrazo!